El día 1 de Noviembre de 1910, en el local barcelonés del Círculo de Bellas Artes, quedó constituida
Asumiendo el lema internacionalista “la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos, o no será”,
Sobre el sencillo acuerdo de crear una organización obrera independiente de los poderes políticos, religiosos y económicos, como condición indispensable para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores hasta el fin de la explotación, comenzó
La jornada laboral de ocho horas, la jornada semanal de treinta y seis horas, la erradicación del trabajo infantil, la igualdad de la mujer y la incorporación a los quehaceres diarios de valores como la solidaridad, el federalismo, la ecología, el feminismo, el amor libre, el antimilitarismo, el ateísmo ..., hoy tan en boga, son parte de ese legado que alcanzó su cenit en
La reacción del capitalismo internacional, permitió al ejército fascista de Franco convertir ese sueño revolucionario en una pesadilla de cientos de miles de personas perseguidas, asesinadas y desaparecidas, tras la victoria golpista en 1939. Mas ni uno solo de los culpables – todos conocidos, algunos políticos en activo- de aquel régimen de terror, uno de los más criminales de la historia, resultó tan siquiera públicamente reprobado, merced al vergonzoso pacto de impunidad con el franquismo, que la izquierda nacional democrática (PSOE, PCE, UGT y CCOO) selló en sus acuerdos de rendición al capital, conocidos como “la transición española” (1977).
Pese a todo, el pueblo siguió defendiendo, muchas veces con su vida, los sencillos principios del anarcosindicalismo: independencia, autonomía, federalismo, autogestión, asamblea, solidaridad y acción directa, es decir, autoorganización para rechazar toda injerencia de partidos políticos u otras instituciones económicas, religiosas, etc. en los asuntos obreros. Huelgas, manifestaciones, represión y tortura fueron la crónica diaria de la dictadura (1939-1976), hasta que con su desaparición el movimiento obrero volvió ilusionado a reconstruir su anhelada CNT (1977). Vivimos nuevos años de incesantes conquista obreras. Las jornadas de Montjuich, o San Sebastián de los Reyes, jalonaron el poderoso renacer confederal en la década de 1970.
El avance del movimiento obrero, de nuevo autoorganizado por
La debilitación de la presencia anarcosindicalista en el movimiento obrero posibilitó la pérdida de derechos adquiridos tras una larga y dura lucha sindical, por la desregulación y precarización laboral implantadas con la peor de las corrupciones que asolan el país:
A pesar de todo, miles de trabajadores y trabajadoras seguimos hoy en esa genuina organización obrera a la que llamamos CNT, manteniéndola exclusivamente con nuestros propios medios, convirtiéndola así en el único ejemplo vivo de sindicalismo de clase, capaz de enfrentarse a la opresión y el control social, la destrucción ecológica del planeta y la sobreexplotación económica, aspectos todos, inherentes al Capitalismo.
2010 tiene para nosotros una connotación especial: se cumple un siglo de existencia de
Estos ideales conforman la noble causa a la que aquí y ahora te invitamos.