Salimos del Palacio de Altamira,usado antiguamente como cárcel franquista y siguiendo el recorrido que los camiones de la muerte hicieron en 1939 fuimos realizando diversas paradas en todos los puntos significativos de esta cruel caravana, como en el puente de Santa Teresa, donde los asesinos falangistas,ávidos de sangre y ebrios de venganza,impacientes por demostrar su nula humanidad y ejerciendo como jueces y verdugos, pararon para sacar de los camiones a un destacado militante anarquista, el compañero Palmiro, al que arrojaron desde lo alto del puente en un acto que recuerda desgraciadamente a los hechos protagonizados pocos años después por otros nazis criminales, correligionarios suyos,en la desangrada Europa Oriental casi al final de la segunda guerra mundial,cuando en una Budapest casi sitiada por el Ejército Rojo los fascistas húngaros ayudados por la SS asesinaron de forma muy parecida a cientos de judíos arrojándolos al Danubio.
Tras un breve paseo llegamos al cementerio viejo y a la puerta de acceso antigua, hoy una pequeña puerta lateral que da al colegio, lugar donde estos asesinos dieron rienda suelta a su enfermizo odio y fusilaron a los prisioneros, obreros cuyo único delito era ser luchadores antifascistas y combatientes por la libertad, un rojo río de sangre corrió carretera abajo para a continuación arrojar los cuerpos a la fosa común donde hoy una pequeña placa y un mural recuerdan los hechos acaecidos en tan funesta fecha.
POR SU DIGNIDAD,POR NUESTRA MEMORIA,CONTRA EL FASCISMO AYER,HOY Y SIEMPRE.
CNT-AIT S.O.V. Elx
