viernes, 7 de enero de 2011

Y LLEGA LA GRAN FIESTA DEL CONSUMO

Se aproximan las fechas de la gran orgía consumista, de la mayor ceremonia litúrgica de nuestra ostentosa sociedad del derroche y las apariencias, las compras navideñas. Llegó la hora de acudir en tropel a las tiendas y superficies comerciales para rendir culto al gran dios Mercado, sin el cuál nuestras vidas estarían vacías de contenido y sentido, que sería de nosotros sin él, nos pasamos la vida trabajando duramente para producir más y más mercancías y a cambio los grandes y santos representantes del gran dios en la tierra, los empresarios, nos dan dinero para poder comprar las mercancías que nosotros mismos producimos y poder así seguir produciendo más y darnos trabajo para seguir consumiendo...

Nos dicen que sin consumo no hay crecimiento económico y sin él no se genera riqueza y por lo tanto empleo, que para salir de la crisis y generar nuevos puestos de trabajo nuestro PIB tiene que crecer como mínimo un 3% anual y cuanto más alto y durante más tiempo se mantenga ese crecimiento mejor. Pero esto es un inmenso ENGAÑO, simplemente no es posible sin que ello nos conduzca a una absoluta hecatombe porque por un lado la producción de mercancías y bienes de consumo están directamente ligados a la existencia y disponibilidad de los recursos naturales y ya estamos gastando el 150% de lo que el planeta es capaz de proporcionarnos y el crecimiento demográfico a nivel mundial aumenta la presión sobre estos ya de por sí exiguos recursos y por otro lado los beneficiarios de esa abundancia artificial somos una minoría,apenas un 15% de la población mundial que en cambio consumimos entre el 50 y el 90% de los recursos del planeta condenando con nuestra indiferencia y egoísmo no solo al resto de los habitantes de nuestro mundo sino también a las generaciones futuras.

Todos somos conscientes de que no podemos seguir por ese camino,de que es necesario cambiar nuestro modelo de sociedad pero la inercia de nuestras vidas,el miedo a renunciar a lo que creemos necesitar y a nuestras fútiles posesiones y la adicción en masa a la cultura del más y mejor alimentan eficazmente nuestro total sometimiento al dios Mercado que consciente de ello aumenta año tras año su poder e influencia,erigiéndose en el autentico poder que gobierna el mundo y nuestra existencia. Nos bombardean constantemente con mensajes que nos incitan a gastar,consumir y comprar y se estigmatiza a todo individuo o movimiento social que se atreva a cuestionar este modelo de vida y lo que es peor,se culpabiliza a los que menos recursos tienen por su pobreza haciéndonos creer que solo ellos son responsables de su miseria creando una barrera entre clases y utilizando la pobreza de otros como advertencia y castigo para todo aquel que se atreva a dudar del poderoso dios Mercado.

La religión católica se apropió de muchas fiestas y rituales paganos para imponer sus creencias y sus propias celebraciones, manteniendo así una continuidad en la cultura y costumbres populares y no crear una ruptura que hubiese generado una mayor resistencia al nuevo culto. De la misma forma el nuevo dios se aprovecha de esas fiestas y rituales para inocular como un virus sus valores, ocultándolos como una parte más de la tradición y acabando por convertir esas conmemoraciones en un simple acto de consumo para beneficio de sus egregios apóstoles y con la bendición de todos los poderes mundanos y divinos preocupados exclusivamente en mantener sus parcelas de poder y privilegios.

Su poder de manipulación es tal que este año aún con la crisis que arrastramos,con los insoportables niveles de paro,con el endeudamiento que atenaza a muchas familias,las estimaciones del consumo navideño son solo de un 10% menos que el anterior y el gasto de cada familia del estado español se calcula en torno a los 600 euros para estas fiestas entre regalos,comida y por supuesto lotería. Todo con tal de aparentar que no hay pobreza,que no hay paro,que todos somos felices y el mundo funciona a la perfección,lástima que un puñado de irreductibles y empecinados soñadores se empeñen en ir contracorriente y gritarle al planeta que otro mundo no solo es posible sino que es imprescindible,que la dignidad del ser humano está por encima de mercados,empresarios y políticos y que no nos rendiremos hasta conseguirlo.